Una reflexión del Jorge Luís Borges!!! . Te recomiendo leerlo cuando tengas tiempo, tranquilamente, para disfrutarlo.
"VALGO"
De tanto perder, aprendí a ganar; de tanto llorar, se me dibujó la sonrisa que hoy tengo. Conozco tan bien el suelo que ahora solo miro al cielo. He tocado fondo tantas veces que, cada vez que caigo, sé que mañana subiré.
Me asombra tanto el ser humano que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a disfrutar mi propia compañía y darme cuenta de que soy buena compañía.
Intenté ayudar tantas veces a los demás que aprendí a permitirles pedir ayuda. Siempre busqué la perfección y comprendí que todo es tan imperfecto como debe ser, incluyéndome a mí.
Hago solo lo que debo, de la mejor manera que puedo, y dejo a los demás hacer lo que deseen. He visto a muchos correr sin sentido, así que aprendí a ser como la tortuga y apreciar el viaje.
Aprendí que en la vida nada es seguro, excepto la muerte... por eso disfruto del momento y de lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece y que quienes estén conmigo lo estarán el tiempo que deseen y deban estar, y quienes realmente estén interesados en mí lo demostrarán siempre.
La verdadera amistad existe, pero no es fácil de encontrar. Quien te ama te lo demostrará sin que se lo pidas. Ser fiel no es una obligación, sino un placer cuando el amor te guía. Eso es vivir.
La vida es bella con sus altibajos, sus sabores y sinsabores... Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de mis errores pero no vivo lamentándome por ellos, porque a menudo son lecciones que nos impulsan hacia adelante, aunque algunas heridas nunca se borren del todo, siempre hay alguien dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios.
Caminar de la mano de Dios mejora todo. No te esfuerces demasiado; las mejores cosas suceden cuando menos te lo esperas. No las busques, ellas te encontrarán. Lo mejor está por venir...
Una reflexión del Jorge Luís Borges!!! . Te recomiendo leerlo cuando tengas tiempo, tranquilamente, para disfrutarlo.
"VALGO"
De tanto perder, aprendí a ganar; de tanto llorar, se me dibujó la sonrisa que hoy tengo. Conozco tan bien el suelo que ahora solo miro al cielo. He tocado fondo tantas veces que, cada vez que caigo, sé que mañana subiré.
Me asombra tanto el ser humano que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a disfrutar mi propia compañía y darme cuenta de que soy buena compañía.
Intenté ayudar tantas veces a los demás que aprendí a permitirles pedir ayuda. Siempre busqué la perfección y comprendí que todo es tan imperfecto como debe ser, incluyéndome a mí.
Hago solo lo que debo, de la mejor manera que puedo, y dejo a los demás hacer lo que deseen. He visto a muchos correr sin sentido, así que aprendí a ser como la tortuga y apreciar el viaje.
Aprendí que en la vida nada es seguro, excepto la muerte... por eso disfruto del momento y de lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece y que quienes estén conmigo lo estarán el tiempo que deseen y deban estar, y quienes realmente estén interesados en mí lo demostrarán siempre.
La verdadera amistad existe, pero no es fácil de encontrar. Quien te ama te lo demostrará sin que se lo pidas. Ser fiel no es una obligación, sino un placer cuando el amor te guía. Eso es vivir.
La vida es bella con sus altibajos, sus sabores y sinsabores... Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de mis errores pero no vivo lamentándome por ellos, porque a menudo son lecciones que nos impulsan hacia adelante, aunque algunas heridas nunca se borren del todo, siempre hay alguien dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios.
Caminar de la mano de Dios mejora todo. No te esfuerces demasiado; las mejores cosas suceden cuando menos te lo esperas. No las busques, ellas te encontrarán. Lo mejor está por venir...